El oro de las mujeres africanas no es otro que el fruto de un árbol que crece en estado salvaje en África, principalemente en Burkina Faso, Mali, Costa de Marfil y Sudán. Cuando el fruto está maduro contiene dos o tres semillas, de las cuales se extrae una grasa vegetal que servía tradicionalmente para cocinar y para usos cosméticos.
La fabricación de manteca de karité es una actividad eminentemente femenina y que da trabajo a cuatro millones de mujeres en África Occidental.
Propiedades y usos del Karité :
- El uso continuado del Karité evita la deshidratación, protege a la piel de las agresiones externas, calma las pieles irritadas, es el más efectivo antienvejecimiento que existen en la naturaleza.
- En el embarazo y lactancia: durante lo embarazo previene la aparición de estrías. Durante la lactancia previene la formación de grietas en el pecho y protege el bebé de daños en la piel por causa de los pañales.
- En labios, nariz y cuerpo: es muy útil para tratar los labios secos por el frío, a los que da un brillo natural, también para la nariz irritada por las alergias o los resfriados. Podemos utilizarla para dar a nuestra piel un efecto satinado, terso, hidratado y suave.
- En deportistas: es muy efectiva para las articulaciones de codos y rodillas, es muy recomendable para antes y después del ejercicio ya que elastifica la piel. Ofrecerá una recuperación más rápida del músculo mejorando el drenaje y la eliminación de toxinas.
- En el cuidado del cabello: protege el cabello del daño solar al ejercer un efecto protector y regenerador de este, restaurando la estructura capilar, ofreciendo brillo, suavidad y volumen.
- En pieles muy delicadas: destaca por su intenso y duradero poder hidratante sobre el rostro y el cuerpo. Mejora la elasticidad de la piel por sus propiedades nutritivas y su alto contenido en vitamina F. Se puede usar aún cuando hay acné o en pieles grasas.
Existen dos clases de Manteca de Karité:
PURA: Es decir, sin procesar, la manteca de karité es una pasta amarilla que tiene un olor fuerte a nuez. Para producir la manteca, las semillas se fermentan, se lavan, se secan al sol y se tuestan. Luego, se muelen hasta obtener un polvo fino y se mezclan con agua para producir una pasta espesa. Una hora de mezclado enérgico separa la grasa del resto de la mezcla; ésta se recoge de la parte de arriba, se hierve y se enfría para producir la manteca de karité sin procesar.
REFINADA: La manteca de karité puede refinarse hasta obtener una crema blanca, a la que le desaparece su característico olor. La manteca refinada se produce calentando las nueces a temperaturas más elevadas con el hexano, un hidrocarburo líquido. El ayuda a extraer más grasa de la nuez, a blanquearla y a quitarle casi todo el olor. Como resultado, la manteca de karité refinada tiene una textura más lisa y sedosa que la manteca pura, sin procesar.
Si te interesa la cosmética natural, no lo dudes.