Khoedi, una niña de diez años, tiene que dejar su casa de Casamence, una región al sur de Senegal, para instalarse en Vigo, la ciudad donde su padre lleva ya varios años emigrado. En esta nueva tierra, la vida es dura para Khoedi: no conoce a nadie y todo le resulta diferente. Está en Europa, pero su cabeza y su corazón continúan en África. El único lazo entre la nueva realidad y el mundo que dejó atrás es la Luna que brilla en el cielo por las noches, que sirve, además, para marcar el paso del tiempo. “Lúa do Senegal”, la primera novela que Agustín Fernández Paz publica tras la obtención del Premio Nacional de Literatura Infantil, aborda el tema de la emigración, la dureza que supone abandonar el propio país y marchar a otro para poder trabajar y vivir con dignidad. Y para hablar del desarraigo y del conflicto emocional que supone tener que comenzar desde cero en un lugar del que nada se conoce, Fernández Paz decidió hacerlo a través de una niña que cuenta en primera persona las dificultades con que se encuentra y su lucha por entender lo que para ella es un nuevo mundo. Pero Khoedi es una contadora de historias. Fue su abuela quien le enseñó ese arte, ese gusto por inventar historias y contarlas en voz alta. “Lúa do Senegal” fue ilustrado por Marina Seoane, quien consiguió adentrarse en el alma de la protagonista, ponerle rostro al resto de los personajes y reflejar los paisajes de dos mundos tan diferentes.